Luis Miguel López Alanís
Eduardo Baltierra Trejo es un científico mexicano de 37 años en el mejor momento de su carrera. Es doctor en ciencias biológicas por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), es profesor-investigador y actualmente se dedica a la generación y aplicación de los conocimientos contenidos en tres de sus investigaciones: Evaluación de la calidad ambiental, reducción de Gases de Efecto Invernadero y mitigación del cambio climático; Biodegradación y valorización de residuos sólidos y Microbiología aplicada a la generación de energías alternativas.
En estos tiempos de crisis ambiental provocada por el capitalismo rapaz y depredador de las condiciones de vida, los temas elegidos por el doctor Baltierra revelan a un humanista profundamente ocupado en resolver problemas acuciantes del género humano. Cuatro de sus publicaciones científicas están indizadas en Scopus, Redalyc, Latindex y Scielo y otras tres en los Journal Citation Reports (JCR), bases de datos con los nombres y las aportaciones de los autores de los avances científicos más notables en el orbe. Ha dado a conocer sus investigaciones en 24 congresos y contribuido con trabajos especiales para las Memorias de cuatro de ellos.
Residente de Morelia de toda la vida, Baltierra sale ahora de la ciudad que lo formó para participar en nuevos proyectos científicos en el Noreste de México, pero deja en ella una estela de divulgación y difusión de la ciencia brindadas mediante asesorías especializadas a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa); la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroalimentación (Sedrua) de Michoacán y a la ex Secretaría de la Reforma Agraria.
En Michoacán, sin embargo, el doctor Baltierra fue más conocido por su actividad deportiva que por sus contribuciones a la microbiología y la ecología: en los últimos cuatro años fue presidente de la Asociación Estatal de Ajedrez José María Morelos A.C. y de 2005 a 2017 contribuyó a la organización de decenas de torneos y talleres de enseñanza. Tal es el hombre que así platicó con buzos:
La debacle después de Linares
Con la celebración en Morelia de las rondas eliminatorias del Festival Internacional de Ajedrez de Linares, de los años 2006 a 2008, hubo un importante auge en Michoacán de este deporte y en consecuencia la Asociación Estatal tuvo un importante crecimiento. Había interés gubernamental por figurar como promotor del deporte-ciencia. Sin embargo, aclara, “después de esas jornadas internacionales el compromiso del gobierno con el ajedrez prácticamente se perdió; nos abandonaron, la demagogia quedó clara: ya no hubo torneos de ningún tipo, ni locales ni estatal en 2009 y 2010 y fue gracias al apoyo del Movimiento Antorchista que a partir de entonces hubo un repunte de manera importante otra vez”.
“A partir de 2010 comenzamos a trabajar en conjunto con el Movimiento Antorchista de Michoacán, vinculándonos primero con los estudiantes integrados a esa organización y luego con el resto de ella. Primero fueron los torneos estatales propios de la agrupación popular más numerosa que habíamos conocido hasta entonces, que eran clasificatorios para asistir al Torneo Nacional de Chimalhuacán. Ahí empezamos a colaborar y participamos en seis ediciones del mismo. Era muy importante el apoyo, pues el antorchismo conseguía transportación y dinero para las premiaciones que, aunque modestas, fueron siempre piedra angular de los torneos, cosa que era imposible lograr del gobierno sin la participación del pueblo organizado. Fue una relación muy provechosa porque promovíamos conjuntamente el amor por el pensamiento riguroso”.
Resurgen las esperanzas
“También es importante recordar que a través de las gestiones del antorchismo por primera vez se pudo llevar en autobuses o en combis a delegaciones numerosas de ajedrecistas michoacanos a otros torneos nacionales, entre ellos el Torneo Internacional y Nacional de Puebla, el de Hermosillo, Sonora y el de Tabasco. De no tener nada, ahora resurgían esperanzas para el ajedrez.
“La participación michoacana fue numerosa prácticamente durante tres años consecutivos y hubo resultados importantes: se trajeron varios primeros, segundos y terceros lugares. Nunca antes había ocurrido algo igual en Michoacán; se trataba de un fenómeno completamente nuevo en la historia del ajedrez en nuestras tierras. Y no ha vuelto a ocurrir, pues las autoridades se han endurecido todavía más.
“Casi siempre los ajedrecistas michoacanos conforman delegaciones que asisten a esos torneos sin apoyos, sin hospedaje, sin uniformes, prácticamente van a sobrevivir. Tú ves a otras delegaciones fuertes, como las del norte del país, que llegan con su autobús propio, uniformes y hasta con psicólogo y nutriólogo. Al menos en las ocasiones en que nos apoyó Antorcha pudimos llegar a los torneos nacionales con menos carencias y problemas y teníamos incluso hospedaje en los albergues y casas del estudiante antorchistas, donde fuimos recibidos con mucha fraternidad.
“Otra cosa en que también tuvimos el apoyo de Antorcha fue en la realización de nuestro torneo anual estatal más importante: el Generalísimo Morelos que realizamos en ocho ediciones y en al menos la mitad los antorchistas nos ayudaron en la gestión de apoyos.
“Igualmente decisiva fue la formación de talleres anuales en las Casas del Estudiante Espartaco, donde llegamos a tener participaciones con hasta 40 estudiantes que dos veces cada semana aprendían ajedrez. En su mejor momento hubo jugadores y jugadoras fuertes, que disputaban primeros lugares locales. Ahora no sabemos qué fue de ellos; pero sin duda se llevaron buenas experiencias que enriquecieron sus espíritus.
“En resumidas cuentas, fue muy benéfica la relación entre la Asociación Estatal de Ajedrez José María Morelos y Antorcha. Creo que si no hubiera habido esa relación no hubiéramos logrado tantos apoyos en ese periodo. Después los gobiernos han sido peores; dejamos de hacer actividades por crisis económicas y la mala administración de los últimos gobiernos, que no le dan importancia a la cultura y al deporte, y ya no ha habido actividad. Hemos vivido con Antorcha épocas de auge del ajedrez y ha sido gracias a esa relación”.
Tres mil ajedrecistas son pocos todavía
“En las listas de rating que nosotros hemos ido formando, tenemos más de tres mil jugadores registrados en Michoacán, quienes han jugado en algún torneo en el interior del estado. Hay jugadores que participan en solo un torneo y jamás lo volvemos a ver, pero al menos ya participaron y eso lo tenemos registrado. De ese total, unos 500 están activos continuamente, juegan uno o dos torneos anuales. Claro, es un hecho que hay más jugadores, pero no participan en torneos, o que acuden a talleres y clases de ajedrez, pero que no les gusta ir a los torneos. Evidentemente hacen falta promoción, apoyos e incentivos. En lo que a nosotros compete, con las propias fuerzas de nuestra asociación estatal, en los últimos años hemos contribuido a formar unos 200 jugadores, en escuelas ubicadas en diversas poblaciones de Michoacán, como Cotija, Tangamandapio o en Morelia, en lo que antes era el Polifórum.
“Tres mil ajedrecistas para una población de cuatro millones de michoacanos definitivamente es muy poco. Hay que considerar que en otros países, como Europa Oriental, saber jugar ajedrez es parte del currículo escolar básico obligatorio por los reconocidos beneficios que tiene para el desarrollo de las capacidades.
“Aquí, en nuestro país, que se introduzca el ajedrez en las escuelas ha quedado simplemente como promesa. Recuerda tú que incluso Salvador Jara, cuando era gobernador de Michoacán, firmó un convenio con la Secretaría de Educación Pública (SEP) en el estado para hacer obligatorio el ajedrez en la educación básica. Pero todo quedó en la firma de un papel, nunca se hizo nada. Lo mismo ha sucedido en el nivel federal con igual resultado. Se necesitaría aprovechar toda la infraestructura educativa para que realmente tenga un impacto en la sociedad como lo tuvo en aquellos países de la vieja Europa socialista o en otros países, como Venezuela y Perú, donde todos los niños de educación básica tienen que aprenderlo”.
La alianza necesaria
“La alianza entre el ajedrez y la política es positiva. Uno como deportista o gente que participa en actividades culturales no debe encerrarse únicamente en su campo de acción, sino que tiene que aprender a negociar y ver su actividad vinculada con otras actividades. A nosotros, como ajedrecistas, nos llegó a faltar mucho la experiencia política para negociar apoyos. Muchas veces Antorcha nos apoyó y nosotros salíamos de las oficinas de gobierno asombrados de la capacidad de gestión que tiene la gente en el Movimiento Antorchista. Todo el pueblo debería tener un desenvolvimiento político para que aprenda a defender sus derechos”
El doctor Baltierra enfrenta ahora nuevas ocupaciones y retos: en el Centro de Investigación de Sustentabilidad Energética y Ambiental de la Universidad Autónoma del Noreste (UAN), de reciente apertura en Matamoros, Tamaulipas, junto con otros ocho doctores en ciencias se dedicará a presentar proyectos de investigación en cuestiones ambientales y a formar un programa de maestría y uno de doctorado que van a colocarse en el Programa Nacional de Calidad en Posgrados, con gran ambición para que tengan gran impacto social y económico en la industria y el campo.
¿Y el ajedrez?
“Le esperan tiempos mejores, no pierdo esa confianza”.