El conocimiento científico debe centrarse en la conservación de la Naturaleza a través del conocimiento de la misma, definió el doctor Honoris Causa de la Casa de Hidalgo, Ruy Pérez Tamayo.
Para culminar con la presencia de El Colegio Nacional en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo con motivo de su Centenario, el investigador Ruy Pérez Tamayo ofreció la conferencia “La generación del conocimiento científico” en el auditorio del Instituto de Investigaciones Filosóficas “Luis Villoro” de esta Casa de Estudios.
Recibido por el rector Medardo Serna González, la coordinadora de la Investigación Científica, Ireri Suazo Ortuño y el director del Instituto, Eduardo González Di Pierro; Pérez Tamayo explicó durante su intervención cómo el quehacer científico ha pasado por varias etapas a través de la historia de la civilización humana, marcando como su génesis la filosofía griega.
Ruy Pérez Tamayo propuso la definición de la ciencia como una actividad humana creativa cuyo objetivo es la comprensión de la Naturaleza y cuyo producto es el conocimiento, obtenido por medio de un método científico organizado en forma deductiva y que aspira a alcanzar al máximo consenso entre los sujetos técnicamente capacitados.El desarrollo de la ciencia a partir del siglo XV desplazó a la Filosofía como la única ciencia en el pensamiento humano, para dar paso al conocimiento científico.
Afirmó que pese a que el conocimiento científico aspira a alcanzar consenso universal, es una actividad humana, que depende de la creatividad y la óptica personal de quien observa, por lo que los resultados de las hipótesis planteadas sólo dan luz sobre una parte de la realidad, que servirá como concepto base para seguir ahondando en la realidad de la Naturaleza.
En base a varios autores, el investigador explicó cómo proponen que el ser humano llega al conocimiento de la verdad a través de las palabras, la mente, la experiencia.
La experiencia hace que el científico sepa ver lo que debe ver, afirmó Ruy Tamayo, sin embargo, el subjetivismo puede deformar lo que se quiere conocer de una forma no contaminada por el conocimiento previo.
El observador influye en el fenómeno observado y puede tener versiones distintas igual al número de personas que observan. Esto es, no existe una comprensión absoluta.
Si se combinan las teorías de diferentes autores al paso del tiempo sobre la forma en cómo se adquiere el conocimiento, la realidad provoca ideas preconcebidas de la realidad en el investigador, las cuales dan lugar a una hipótesis que se corrige a través del resultado de los experimentos que permitirán corroborar una parte de la realidad como conocimiento verdadero.
Bajo esta teoría extrema, los hechos científicos no son segmentos del mundo exterior sino el resultado de nuestra manipulación de la naturaleza con dos propiedades: son mucho más simples y casi artificiales, en comparación con la realidad.
Como el mundo por conocer es demasiado grande y complejo, concluyó el conferencista, es mejor pensar que se descubre un segmento pequeño de la vida real, que es lo que el investigador puede controlar y manipular a través de una hipótesis y un experimento que le permita comprender la realidad con una utilidad práctica en beneficio de la humanidad.
Ruy Pérez Tamayo estudió Medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y se especializó en patología con el doctor Isaac Costero, en México, y con los doctores Gustave Dammin y Lauren V. Ackerman, en los EUA.
Fundó y dirigió, durante quince años, la Unidad de Patología de la Facultad de Medicina de la UNAM, en el Hospital General de México, y durante diez años el Departamento de Patología del Instituto Nacional de la Nutrición. Ha sido profesor de patología en la Facultad de Medicina de la UNAM, durante más de 50 años.
Entre sus muchas contribuciones al conocimiento científico pueden contarse la descripción del efecto de la metionina en la cicatrización de las heridas; describió por primera vez en México la neumonitis reumática, reticulosarcoma de partes blandas, mesotelioma pleural, amibiasis cutánea, criptococosis, enfisema bronquiolar, mesotelioma peritoneal, y señaló las características propias de nuestro medio de la aterosclerosis, los tumores del corazón y pericardio, carcinoma primario del hígado, la tuberculosis, la cirrosis intersticial difusa y el carcinoma bronquiolo-alveolar, y ha contribuido en el estudio de los mecanismos humorales del hiperesplenismo, la reabsorción de la colágena y el papel de las células.
Doctor Honoris Causa de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Ruy PérezTamayo es profesor emérito de la UNAM y jefe del Departamento de Medicina Experimental de la misma facultad en el Hospital General de México. Becario de la fundación Kellogg y la fundación Guggenhiem, ha publicado más de 150 artículos científicos, pertenece a 48 sociedades científicas del mundo, es miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República, ingresó en El Colegio Nacional el 27 de noviembre de 1980.