Aida Espinosa
En Michoacán existen poco más de 120 mil niños y adolescentes en situación laboral, por lo que se ha vuelto parte importante de las políticas públicas, erradicar el trabajo infantil, señaló la directora del DIF, Rocío Beamonte Romero.
En entrevista, indicó que, si bien hay niños que estudian y en sus ratos libres apoyan en el negocio familiar, miles más han tenido que abandonar la escuela para llevar el sustento a sus familias.
Pidió, como sociedad, hacer conciencia de la situación y evitar seguir fomentando la explotación infantil.
“Ustedes ven unos niños en el semáforo pidiendo y haciendo cosas, y qué hacemos, pues darles monedas. Tenemos que hacer lo contrario, porque si no estamos contribuyendo a que ellos los exploten y los pongan a trabajar”, indicó.
Señaló que, al no existir maltrato, los menores vulnerables no han sido resguardados por las autoridades, pero sí se ha orientado a los padres de familia para priorizar los derechos de los niños y permitirles continuar con su formación académica.
El gobernador, Silvano Aureoles Conejo, se sumó a la petición de la titular del Dif Michoacán, pues insistió que darle dinero a los niños que venden en las calles, es fomentar el trabajo infantil, y en muchos de los casos, caer en las garras, dijo, de la delincuencia.
“No es ajeno para nadie que el trabajo infantil ha sido una práctica recurrente. Incluso era común escuchar en las familias que querían tener muchos hijos para que les ayudaran a trabajar”, agregó.
Miriam es una de las niñas difusoras de Michoacán, quien tuvo que trabajar desde pequeña en el corte de fresa en el municipio de Chilchota.
“Sigo trabajando en vacaciones. Cuando tengo clases me dedico más a ir a estudiar (…) Mi futuro es ser una ingeniero agrónomo (…) en los campos a donde yo iba hay serpientes venenosas, abejas, bajo el sol. La primera vez que fui, a la siguiente semana me enfermé y tenía todo el cuerpo me dolía, porque nos agachábamos para cortar la fresa”, señaló.